Por Juan Carlos Diez, desde Viña del Mar, Chile
Una artista de línea espontánea.
Sofía Zolezzi, artista visual chilena, nacida en Viña del Mar, inaugura hoy su exposición, especialmente preparada para esta ocasión y el lugar que la acoge es el Museo Palacio Vergara de Viña del Mar. A los 8 años de edad, comenzó su encuentro con el arte y la pintura. A muy temprana edad, obtuvo el primer y tercer lugar en un concurso regional de Arte Joven. Asistió a cursos de pintura en la Escuela de Bellas Artes de esta ciudad, en este mismo edificio que hoy alberga sus obras como una artista ya consagrada.
Según sus propias palabras, Sofía dice “mi arte está centrado en el gesto y cada trazo se transforma en un registro de movimiento donde la línea resultante captura una atención. Mi investigación artística tiene que ver con la expresión auténtica que se ha transformado en un ejercicio consciente de conexión con el presente. Aquí y ahora, apartar la mente, fluir en la emocionalidad, conectar con el ser y plasmarlo en el trazo de forma libre. Busco expresar sin juicio y traspasar la energía al observador en su propia percepción. Finalmente, el acto de pintar es un acto meditativo, me abstraigo del presente y me pierdo en el espacio-tiempo.”
En relación a la exposición que hoy se inaugura, se trata de 18 obras de acrílico y técnica mixta, las que fueron creadas en un proceso de búsqueda por conectar y expresar libremente. Las obras contienen retazos de papel o de tela, los que fueron pintados previamente y luego rasgados, ya que al saber de antemano que sería rasgado, se apartan los pensamientos sobre composición, balance, definición, etc. El papel captura trazos honestos que plasman la energía del momento. Expresivo, real, sin juicio.
Retazos que antes estaban unidos, componen las distintas obras, es decir, mismos instantes de tiempo fragmentados. Y así, me pierdo también en el espacio tiempo, dice la artista.
Tuve la oportunidad de conversar con la artista y entrevistarla luego de la inauguración y tras una amena conversación he aquí un resumen de lo que ha sido y es en la actualidad Sofía Zolezzi.



¿Cómo y cuándo te iniciaste en esto del arte?
Empecé a pintar a muy temprana edad, a los 8 años con óleo. Mi abuela paterna, mi nona, era pintora. Ella me enseñó a pintar y a dibujar y de inmediato me gustó. Además, me matricularon para asistir a clases de pintura en óleo. Todo esto, con la inocencia de una niña, sin saber lo que el futuro me depararía en este caminar por el arte. También, tuve la suerte de tener un profesor en el colegio que era artista. Él fue un verdadero guía. En definitiva, estaba rodeada de un motivador ambiente artístico que me envolvió hasta ser lo que hoy soy. Así, a la edad de 17 años, logré mis primeros galardones, obteniendo el primer y tercer lugar en un concurso realizado en Viña del Mar y expuesto en el Palacio Carrasco. Fue un verdadero empuje para seguir adelante.
¿Por qué la pintura y no otra disciplina?
La verdad, no lo se. Creo que fue porque empecé con pintura y flui un poco con eso. El gran cambio, fue que hasta ese momento pintaba con óleo y cambié al acrílico. También yo pintaba más figurativo y cambié al abstracto. No me cierro a experimentar con otros materiales… el tiempo dirá. Pero es con la pintura con la que he conectado y me he proyectado.
¿Cómo defines tu arte?
Es 100% abstracto, muy expresivo y gestual. El gesto y el movimiento son muy característico de mi arte.
¿Qué es una línea para ti?
Es una gran pregunta… es el registro del presente. Siempre digo que la línea proviene de un gesto, del movimiento que genera el brazo para trazar la línea, y esa línea puede ser rápida, puede ser lenta, delgada, liviana, agresiva, lúdica… entonces, la línea dice mucho. Y eso que queda registrado en la línea proviene de la emoción de ese momento y de la conexión del presente, que es el trasfondo que hay en mi propuesta.
¿Cuál es tu especialidad, óleo, acrílico, técnica mixta u otra?
Como te dije, comencé con óleo y derivé al acrílico y también utilizo la técnica mixta, como una opción innovadora, diferente.
¿Tienes algún pintor referente que te motive a pintar?
Hay muchos, pero en mi adolescencia, cuando conecté con el arte, Vincent van Gogh fue como mi máxima inspiración. No es que hoy yo pinté como él, sino que conecté con su historia, su vida, sus frases. Hice muchas reproducciones de sus cuadros. Algo pasó, que sentí una conexión especial y cuando más tarde me fui al mundo de la abstracción, surgió Jackson Pollock, pintor norteamericano. Él es la expresión pura de lo abstracto.
¿Estudiaste arte, dónde?
No, no estudié arte como carrera universitaria. Fui tomando cursos, como los que se impartían en la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar. Estudié una carrera totalmente diferente: Ingeniería en Diseño de Productos en la Universidad Técnica Santa María. Al ser Diseño, hay mucha observación y mucho concepto, mucha propuesta. Era una carrera súper creativa. Eso alimentó mucho mi creatividad, mi arte y nunca dejé de pintar. Incluso, mientras estudiaba, hice una pequeña exposición en el Campus Central de la universidad. Finalmente, siento que esa carrera me aportó con otros elementos complementarios y que enriquecieron mis conocimientos. Después de eso, cuando ya decidí que me iba a dedicar a esto del arte, tomé una tutoría con una artista de Con-Con. En ese momento, ya me incliné definitivamente hacia lo abstracto, dejando atrás lo figurativo. Así, logré definir mi propio arte y hacerlo profesional.
¿Te identificas con algún pintor chileno conocido?
Me encanta Matta
¿Qué sientes frente a las diferentes expresiones de arte?
Todas las expresiones existentes, donde agrego la música, por ejemplo, tienen ese sello propio que se transforma en la conexión que logras con cada una de ellas. Son esos momentos de calma, de observación que logran, en especial en estos momentos en que el mundo está tan acelerado. Entonces, el arte se transforma en momentos de pausa que hoy por hoy son muy necesarios. Toda expresión artística es eso: encontrar momentos de silencio, de observación, de contemplación que te inspiren.
¿Has pintado alguna vez enojada o airada?
Para mí, pintar es sinónimo de calma, de paz, por lo tanto, siempre trato de plasmar todo en un ambiente positivo con energía positiva.
Además de la línea, ¿hay algún otro elemento clave en tus obras, algo que se repita?
La línea es lo principal. En especial con la exposición que hoy se está inaugurando, aparece otro elemento que está presente en mis obras y son lo retazos, tanto de papel como de tela. Lo que representan esos retazos. Es algo novedoso y que está gustando bastante. El tiempo, también es un elemento que está muy presente en mis obras.
¿Te afectó en algo la pandemia? ¿Cómo?
Claro… fue como que el tiempo se detuvo. A su vez, había días en que el tiempo pasaba lento… y otros días pasaba rápido. En esas circunstancias, creé unos cuadros con líneas de tiempos que fueron muy representativos del momento que estábamos viviendo. Pero, como mi arte trata de conectar con el tiempo presente se produce este viaje de volver al origen.
Si bien es cierto me afectó, creo que más bien lo hizo de manera positiva. Me ayudó. Ocurrió justo antes de mi decisión de renunciar al trabajo que tenía y dedicarme de lleno al arte. Fue una decisión familiar muy conversada y contemplaba realizar clases particulares y justo llegó la pandemia. Adiós a las clases particulares, pero debía proseguir ya que no había opción de retroceder. Fue muy intenso y pude lograrlo gracias al apoyo de mi marido quien se ocupaba de los niños chicos que teníamos y yo me encerraba a pintar todo el fin de semana. En definitiva, la pandemia me ayudó pues me obligó a tomar esta actividad muy en serio y a pintar mucho. Como todos estábamos encerrados en las casas, muchas personas aprovecharon de remodelar sus casas y comencé a tener muchos encargos de cuadros. Un problema importante fue el abastecimiento, el ir a buscar los materiales… pero al final, se pudo.
¿Expusiste de manera virtual en los tiempos de pandemia?
Si. Lo hice. Me invitaron a una exposición súper interesante que organizaba Chile con México en ese momento. Participé mandando una propuesta y fue muy entretenida. Hubo otra exposición presencial en Italia donde las obras se presentaban a través de imágenes en pantallas. Esto lo tenían implementado antes de la pandemia. También me invitaron a utilizar una plataforma francesa donde se comercializaban obras de arte a través de todo el mundo. Gracias a ellos, pude vender un cuadro en Alemania y luego recibí otro encargo de ese mismo país. Si no hubiese sido por la pandemia, había sido imposible llegar a ese mercado y concretar las ventas como se hice.
¿Cómo te sientes hoy emocionalmente como artista?
Me siento bien. Más confiada. Hoy puedo decir con orgullo y convicción que soy una artista. Antes, me complicaba decirlo pues como no tengo estudios formales en la materia, me era difícil definirme como artista. Fue un largo proceso en el tiempo. Hoy me siento súper confiada en mi propuesta, en mi arte y mucho más segura.
¿Cómo definirías tu proceso de creación?
Es de mucha observación… de mucha calma. Es un proceso espontáneo. Yo no tengo una idea previa de lo que voy a pintar. Todo se inicia con una línea… luego otra… y otra más y ello va dando forma a lo que posiblemente sea al final… luego aparece una mancha y complementa lo que quiero expresar. Cada trazo que hago va cambiando la imagen completa… todo es tan dinámico y espontáneo. El proceso es lento pero dinámico. Cada trazo es particular y aporta desde su ubicación, tamaño, color y grosor a la imagen definitiva.
¿Te sientes profeta en tu tierra?
Es difícil la pregunta. Creo que no, pues creo que falta tanto por recorrer, por aprender, por experimentar, por mostrar, por descubrir. Lo que sí me encanta es cuando algunos me preguntan cómo lo hiciste y entonces me doy cuenta que me encanta motivar a otros y decirles que sí se puede. Cuando a uno le apasiona algo, nada lo detiene.
¿Has pensado hacer talleres para ayudar a la formación de nuevos artistas?
Si. Comencé hace muy poco con eso. Tengo mi taller en Chicureo, es maravilloso. Queda como en un campo. Allí todo está cerca, pero aislado. El lugar se presta para la creación y empecé a difundir que había cupos disponibles y hoy tengo 2 grupos de alumnas de unas 6 personas cada uno. Me encanta. Ha sido todo un descubrimiento y enriquecedor para uno ya que puedes guiar a otros y responder con certeza sus preguntas y alentar a esas personas a no tenerle miedo al proceso.
¿Dónde te sientes más cómoda exponiendo, en Chile o en extranjero?
En todas partes. Es que hoy está esa sensación de que no hay límites… no hay fronteras. Ayudan mucho las redes sociales.
¿Has expuesto tus obras en otros países?
Si. He participado en ferias y exposiciones en México, Milán, Estados Unidos, Austria, Paris y Dubái.
¿Qué significa para ti estar exponiendo hoy día en el Museo Palacio Vergara de Viña del Mar?
Es muy significativo para mí. Yo vine a clases acá mismo hace muchos años y tengo recuerdos muy gratos y nítidos de esos momentos, del museo, de la música, del olor tan característico del óleo. Para mí, en esos momentos era impensado que yo un día iría a exponer en esta casa donde di mis primeros pasos formales en mi formación. Yo sólo venía a pintar. Me hace conectar hoy con lo que era, con lo que soy y que sigo siendo… con esa esencia que uno tiene y que me hizo conectar tan joven con el arte y que aún se mantiene.
Así, hemos conocido un poco más de esta gran artista nacional que ha dejado muy en alto el nombre de los artistas visuales chilenos en el extranjero y que, según sus propias palabras, tiene mucho que aprender, crear y entregar aún.
Invitamos a turistas y residentes de la ciudad a visitar tan bella muestra de originales obras pictóricas.
Información
Ubicación del Museo Palacio Vergara: Errázuriz 596, Viña del Mar, Chile
Horario de funcionamiento: martes a domingo de 10:00 a 13:30 y 15:00 a 17:30 horas
Duración: la muestra estará abierta desde el 4 de agosto hasta el 1 de octubre de 2023
La entrada es gratuitaRedes Sociales: Instagram pueden seguirlos en @museopalaciovergara y @sofiazolezzi.art