Condensar el trabajo técnico de una semana en sólo diez horas. Esa fue la misión del productor e ingeniero de sonido chileno Humberto Gatica, quien debía registrar a la perfección las voces de más de 40 estrellas de la música para grabar una de las canciones más icónicas de la historia: el himno solidario We are the world.
Como “un trabajo maratónico” define la noche del 28 de enero de 1985 y la madrugada posterior. En conversación con Culto, el profesional de 72 años cuenta detalles de esa intensa jornada y sus impresiones del recién estrenado documental de Netflix, La gran noche del pop, donde es una de las voces testimoniales y protagónicas. El registro audiovisual es uno de los más comentados de esta semana y muestra la trastienda del tema que se trabajó bajo el proyecto USA for Africa y que tuvo a luminarias como Michael Jackson, Lionel Richie, Stevie Wonder, Paul Simon, Bob Dylan, Bruce Springsteen, Cyndi Lauper, Ray Charles y Billy Joel, entre muchos otros.
Radicado en Los Ángeles, California, Humberto, sobrino de dos emblemas del cancionero chileno, Lucho y Arturo Gatica, atiende el llamado desde el auto. Se dirige al estudio de grabación para trabajar en uno de sus proyectos, y durante el único tiempo libre en su ajustada agenda, hurga en su memoria para revelar nuevos antecedentes sobre la grabación de la canción y del documental.
“La forma en que lo hicieron (el documental) fue muy cool, porque integraron cosas de Lionel Richie, cosas que pasaban en la industria, sobre Prince… No era solo el estudio, porque ya existía un vídeo del estudio, pero no con los detalles y con la narración que le dio Lionel, quien lo hizo maravilloso”, explica ‘Hum’, como le dicen sus amigos.
La pieza fue dirigida por el vietnamita-estadounidense Bao Nguyen, conocido por Be water, el documental sobre Bruce Lee. La principal voz de La gran noche del pop es Lionel Richie, quien también es productor ejecutivo de la cinta. La narración de Quincy Jones, quien fue el productor de We are the world, también está presente.
Humberto Gatica se radicó en Hollywood en 1968 y comenzó a trabajar en diversos estudios de grabación gracias a las gestiones de su tío Lucho Gatica, por esos años ya una figura consolidada de la música en español a nivel global. Entre sus primeras grabaciones figura, por ejemplo, un álbum de Coco Legrand llamado For export, el que el humorista llegó a grabar a Los Angeles en 1977.
En 1985 ganó su primer Grammy al Mejor arreglo para álbum, no clásica, con Chicago 17 de la banda Chicago. Trabajó – y trabaja– con varios artistas consagrados, como Céline Dion, Michael Bublé, Andrea Bocelli, Mariah Carey y, en su era de mayor gloria, Michael Jackson.
A este último lo recuerda con cariño. Habían trabajado juntos en varios proyectos del rey del pop, entre ellos el exitoso Thriller (1982), y sus palabras lo nombran tanto en tiempo pasado como en presente. “Michael es muy técnico y le gusta todo extremadamente profesional, lo mejor de lo mejor. Es un tipo extremadamente exigente sin usar ningún tipo de presión, pero era extremadamente exigente con él mismo. Era la perfección”, relata.
Ya cuando el proyecto de We are the world tenía a sus principales gestores – Quincy Jones, Lionel Richie y Michael Jackson –, Humberto Gatica recibió una llamada. “Esta invitación fue directamente hecha por el productor, Quincy Jones. Ya nos conocíamos y habíamos trabajado en partes del proyecto de Michael Jackson. Ahí me empieza a contar la historia y yo fui la persona asignada por él para hacer todo lo relacionado con la parte técnica de la grabación”.
Así comenzó el proceso de escritura del tema, entre Michael Jackson y Lionel Richie, porque Stevie Wonder estaba ilocalizable (nunca atendió los llamados). “Lo importante era componer el tema. Sin el tema no tenías nada. Podías traer a los mejores del planeta y no pasaba nada. Originalmente, compondrían el tema Stevie Wonder, Lionel Richie y Michael Jackson. Stevie Wonder nunca se manifestó para llegar a las sesiones para hacer la composición. Al final la compuso Michael Jackson y Lionel Richie”, relata Humberto Gatica.
“Esa canción no comenzó solamente ahí, se empezó haciendo la base rítmica. Estaban ahí Lionel Richie, Michael Jackson, varios músicos amigos míos, Quincy Jones y yo. Estábamos construyendo, haciendo el cimiento de la canción”.
Por la dificultad de combinar agendas, se decidió que el día de grabación coincidiría con la ceremonia de los American Music Awards, donde Lionel Richie fue el anfitrión, cantó cuatro canciones y se llevó varios premios. Pero para él, lo mejor venía después, en el momento donde nacería We are the world como la conocemos hoy.
A los 22.50 minutos, el chileno estadounidense se toma la pantalla de La gran noche del pop. “Me llamo Humberto Gatica, Quincy Jones me pidió que fuera el ingeniero a cargo de todo este proyecto”, dice en el documental, tocando la mesa de sonido que dio fruto a la canción de USA for Africa.
Había llegado la hora de grabar y los nervios del equipo se incrementaron. En el documental, se muestra cómo los cantantes llegan poco a poco a A&M Records, estudio de Los Ángeles. “Luego la gente se empezó a relajar, todo el mundo empezó a conversar, a saludarse, algunos ya se habían saludado durante los premios previos. Luego, pues, rápidamente a ponerse las pilas y poner atención de lo que se va a hacer”, cuenta el reputado productor discográfico. “Quincy, inteligentemente, trajo al que verdaderamente fue el creador de esta idea, un personaje que fue a Etiopía a ver las condiciones que estaban viviendo esos seres humanos”, continúa.
Se trataba del artista irlandés Bob Geldof, quien había hecho algo parecido en el Reino Unido. Gatica recuerda que su discurso cambió de inmediato los ánimos. “Eso puso a la gente en una posición donde ok, vamos a hacer esto lo mejor posible, con las mejores ganas posibles, con el mejor corazón posible, y así empezamos a construir lo que es la canción y la producción”.
Una de las contribuciones creativas de Gatica fue ubicar a las estrellas en sus respectivos sitios. “Tenía que más o menos posicionar a la gente que verdaderamente tenía una voz. Los que no tenían una gran voz los posicionaba en un lugar un poquito estratégico”, revela.
El ingeniero tenía una gran responsabilidad, que debía cumplirse sin contratiempos en la menor cantidad de horas. “Si se presentaba un problema técnico, si una había incapacidad técnica con la grabación, o quedaba en una forma que no era mil por ciento profesional, hubiese ocasionado tensión y descontento. Era mucho que hacer en una noche”.
La gran noche del pop se caracteriza por develar imágenes y detalles inéditos de la grabación de We are the world, detalles que Gatica también recuerda. Las referidas a Bob Dylan, Cyndi Lauper y Al Jarreau son algunas de ellas.
“Bob Dylan no es un artista que canta ese estilo. Era difícil para él cantar en ese registro y en su imagen se demuestra. Parecía un niño que estaba en el lugar equivocado. Luego, al final, cuando llegó su parte, es cuando la genialidad de Stevie Wonder –que puede imitar a cualquier cantante del mundo–se sentó al piano y le cantó en la forma que él debería cantar, en su género, a su estilo y eso fue mágico. Todo el mundo aplaudía. Fue muy bonito eso, fue muy emotivo”, relata.
Sobre Cyndi Lauper, el problema tenía que ver con la joyería que usaba en su cuerpo. “Cada vez que se inclinaba hacia el micrófono, pues, había un problema. Ella dijo, ‘no, parece que el micrófono está malo’ y yo le digo ‘no, el micrófono está maravilloso. El problema son tus aros, tus joyas’. Fue gracioso, ella es muy simpática y cantó muy bien, extraordinario”.
Pero no fue todo color de rosas. Tal como señala en el documental, recuerda cuando a Al Jarreau, artista de jazz, “abusó un poco del privilegio del alcohol”, lo que dificultó el registro.
Ese 28 de enero fue solo “una parada en el tren, una estación importante” en el trabajo que debía realizar Humberto Gatica. Los artistas se fueron del estudio, pero su labor continuó. “Luego de la grabación, luego de todo lo que enseñó el documental, me pasé por lo menos unas tres semanas más trabajando en la canción. Ahí no se acabó”.
Tras el trabajo codo a codo con Quincy Jones, la canción estaba lista. “Se hizo una obra de arte técnica impresionante, y lo digo con mucha humildad. Si escuchas bien, todas las voces están perfectamente presentes y posicionadas para que se comprenda y se pueda transmitir el mensaje”, reflexiona Gatica.
We are the world llegó a las tiendas de Estados Unidos el 7 de marzo de 1985 y el 5 de abril fue reproducida por más de cinco mil emisoras de radio de forma simultánea.
El documental que muestra el proceso de la canción fue presentado en The Egyptian Theatre Hollywood, donde Humberto Gatica fue invitado. “Lo más emotivo, donde todo el mundo lloró en el teatro, fue cuando Lionel Richie agradeció, hizo que me levantara y la gente reaccionó con aplausos muy emotivos”.
La gran noche del pop termina con el autor de Hello sentado en el antiguo estudio de A&M Records, y dice: “Mi papá me dijo hace años: disfruta volver a casa, porque llegará un momento en el que no podrás regresar. Le dije: papá, ¿qué significa? Contestó: la casa seguirá ahí, las personas de la casa ya no. Este es el estudio, esa es la consola y Humberto no está sentado detrás de ella (…) Pienso en este lugar como mi casa”.
El chileno, que estuvo presente en el estreno de la cinta, recuerda con emoción el momento en que vio a Richie en el filme. “Fue muy bonito, eso trajo lágrimas”.